Lo que siempre quisiste saber sobre la responsabilidad legal del farmacéutico
Es responsabilidad del farmacéutico contribuir a mejorar la salud y calidad de vida de sus pacientes. También lo es promover su derecho a la prevención y diagnóstico de enfermedades, así como a recibir tratamientos terapéuticos eficaces y seguros.
En otras palabras: el titular, regente o auxiliar de una farmacia debe velar por la seguridad de sus pacientes, para que reciban exactamente el tratamiento prescrito por su médico o aquel que necesite por su dolencia.
Sin embargo, ya sea por incumplimiento de su deber de diligencia o por otro tipo de razones, a veces produce daños que debe reparar. Esto es lo que se llama responsabilidad legal del farmacéutico. ¡Pasamos a analizarla!
Diferencias entre responsabilidad civil, penal y administrativa
El farmacéutico, como cualquier profesional, está sujeto a responsabilidad legal por el ejercicio de su oficio.
Si bien también puede verse afectado por el código deontológico (normalmente existe un órgano dentro de cada colegio de farmacéuticos que vigila su cumplimiento) y por el derecho laboral (regula la relación jurídica con sus empleados). Hoy vamos a centrarnos en tres tipos de responsabilidad: la civil, penal y administrativa.
Responsabilidad civil
La responsabilidad civil es la obligación de resarcir cuando se produce un daño por incumplimiento contractual o extracontractual.
Básicamente, nos obliga a reparar los daños causados al agraviado pagándole, normalmente, una indemnización por perjuicios.
Responsabilidad penal
La responsabilidad penal es la consecuencia jurídica que se da cuando se comete un delito tipificado en el Código Penal, puede acarrear penas de prisión, pagos de multa y responsabilidad civil (por daños y perjuicios).
La responsabilidad administrativa
Es aquella que se produce cuando se vulnera alguna norma de carácter administrativo. Existen normas administrativas estatales, de las comunidad autónomas e, incluso, locales.
En en el caso de los farmacéuticos se ven afectados para varias normas, siendo las más específicas las relacionadas con el despacho de medicamentos y estupefacientes.
Error en la dispensación de medicamentos
Los errores que se pueden imputar a los farmacéuticos son los relacionados con la elaboración, conservación, dispensación y administración de medicamentos.
Existe un deber legal que obliga, tanto a farmacéuticos como a técnicos de farmacia, a asegurar la correcta correspondencia entre el medicamento que dispensa y el prescrito por el médico.
En el caso que se incumpla esta obligación y, aunque el error sea involuntario, puede generar responsabilidad administrativa, civil o penal.
No obstante, cada caso es diferente, por lo que habría que valorar uno a uno para analizar sus consecuencias.
Fórmulas magistrales equivocadas
Las fórmulas magistrales son los medicamentos elaborados en farmacia para ser destinados a un paciente específico.
En este caso no hay ningún tipo de dudas: hay responsabilidad legal del farmacéutico cuando hay un error en cualquier elaboración suya.
Por lo tanto, también le serían imputables las equivocaciones en preparados oficinales, en los medicamentos reenvasados para que puedan administrarse en una dosis específica, las nutriciones artificiales, etc.
El gran problema de los medicamentos que vienen defectuosos de fábrica
Son medicamentos defectuosos los que no cumplen con la finalidad del prospecto. Esto es, aquellos que no combaten las enfermedades para las que están destinados o se encuentran en mal estado (caducados, mal estado de conservación, seguridad sanitaria deficiente, etc).
Los pacientes tienen derecho a una indemnización por los daños y perjuicios provocados por la venta de una medicamento defectuoso.
El problema es que cuando se produce un daño relacionado con un medicamento, es bastante complicado demostrar una relación de causalidad y de saber quién es el responsable.
Entonces, ¿quién es el responsable en los medicamentos defectuosos?
En principio, el responsable es el encargado de la fabricación, es decir, la empresa farmacéutica en cuestión. Sin embargo, el farmacéutico también lo será cuando sea consciente del defecto y, aún así, continúe con su venta.
Además, obviamente, también responderá por los daños causados por la venta de un medicamento caducado o que no ha conservado adecuadamente.
¿Quién es responsable dentro de una farmacia?
En una farmacia puede trabajar su titular o titulares, farmacéutico regente y auxiliares de farmacia. Cada uno de ellos debe responder por daños causados por su culpa.
Responsabilidad del auxiliar de farmacia
El auxiliar de las farmacia debe responder por los daños causados dentro de sus funciones, siempre que exista imprudencia o dolo.
Responsabilidad del farmacéutico titular por actos que cometen sus trabajadores
La responsabilidad legal del farmacéutico alcanza las acciones realizadas por el personal contratado en la farmacia
De esta manera, cuando en la dispensación, conservación, manipulación o custodia de los medicamentos su equipo comete algún tipo de infracción o error inexcusable, tendrá que responder por los daños causados por estos.
Es lo que se conoce en la esfera civil como culpa in eligendo o culpa en la elección. Se entiende que es el empleador quien eligió a su empleado y, por lo tanto, debe responder civilmente por sus actos cometidos en la farmacia, puesto que tuvo opción de contratar a otro con mayor capacidad.
En otras ocasiones, se argumenta que existe culpa in vigilando, que admite que el empleador es responsable de los actos cometidos por aquel sobre el que tiene un especial deber de vigilancia.
En la práctica, ambas son argumentos jurisprudenciales para ampliar la responsabilidad del empresario (en este caso el titular de la farmacia) para daños a terceros.
El farmacéutico regente es también responsable
El farmacéutico regente y los sustitutos han sido equiparados en múltiples sentencias al titular. Es lógico, asumen la gestión de la farmacia, por lo que también tienen la misma responsabilidad que este.
En conclusión, un error en la medicación puede acarrear perjuicios muy graves al paciente y, por lo tanto, exige una reparación.
Según hemos visto, la responsabilidad legal del farmacéutico abarcaría los actos voluntarios e involuntarios, incluso los cometidos por sus trabajadores, en el orden civil, administrativo o penal.